domingo, 26 de septiembre de 2010

Back in Business

Ante la pregunta de hacia donde era que íbamos, la respuesta es casi la misma que cuando empezamos.
De todos modos el plan original es cagarla. Ni más ni menos.
"enséñale a todas las que conozcas a defenderse. más que defenderse, a arrancar pollas a mordiscos, castrar con los dedos, inducir la impotencia mental, arrancar ojos de abusadores y envenenar a los canallas"
Hay demasiados idiotas que destruyen gente allá afuera sin ninguna mayor razón. Sólo porque pueden. Porque los hace sentir poderosos. Y a veces el karma se demora demasiado en llegar.
"búscalos en todas partes. certificados, diplomas, cursos, declaraciones, registros, pagos, un montón de información sobre la mesa. la mayoría no pueden ver sus dientes cuando se aproximan. han aprendido a volverse temibles tiburones. han corrompido a los más soñadores y socavado el respeto por los ajenos"
Se evidencian sobre todo en las palabras que usan. Sus rostros en realidad no pueden ocultar desagrado cuando tocan conceptos que contraríen sustancialmente sus hegemonías violentas. Cuidado sobre como rebuscan las más variadas palabras para no decir tal o cual cosa. "Estoy a favor de esto, pero..." Remilgos. Excusas. Si los ves en puestos de poder, sus administraciones son una contradicción avasalladora sobre lo que expresan y la manera en que tratan a sus pares.
"una vez que golpearon a una, no hay vuelta atrás. una vez que patearon y escupieron a otro, les puede parecer normal hacerlo de nuevo. a nada le temen más que a los debates demasiado apasionados. sus mundos se derrumban cuando chocan con realidades en extremo reales para ellos. no obedecen sino a la brutalidad asquerosa de la que hacen ostentación o al frío raciocinio empleado deliberadamente para joder a otros por motivos ridículos"
Una ciudad al culo del mundo, deja de ser tan prístina y encantadora cuando entiende que no tiene la necesidad de seguir siéndolo para sobrevivir entre las demás hermanas meretrices. No hubo mayor necesidad de contener las bajas pasiones de la tergiversada irracionalidad moral o religiosa, y dar rienda suelta al pandemónium inverso. Sodoma y Gomorra de la hipocresía. Ya no más turbas, ni bacanales. En las más finas, repulsivamente exquisitas casas, las bestias terminan por devorarse a sí mismas. El vejamen se ocultó a voces en el manto de la privacidad. La violencia inconscientemente colectiva hacia el inmenso mundo mayoritario se volvió rutina. "Ya no queremos violar ángeles" concluyeron, "Nosotros somos los buenos".
"sus hijos, sus hijos, sus preciosos hijos. es increíble lo pequeño que puede ser el diminuto mundo de una ciudad al culo del mundo, de un montón de personillas pululando en el culo del mundo. dicen que las palabras, escogidas perfectamente las adecuadas, quedan rezumbando durante días en la cabeza, meses largos, hasta incluso años, cuando producen silenciosamente el ¡clic! que separa un trozo de vida disponible para olvidar y otro trozo que no se borrará, sino que se releerá una y otra vez, repensándose para saber si pudo haber pasado de otra manera. el talento del interventor entonces, es precisamente que la respuesta a esa eterna duda sea no. no había forma de que las cosas salieran diferente. era algo que tenías que aprender. era algo que tenías que ver por ti mismo. era algo que los hijos-de-puta de tus progenitores, tutores, maestros o líderes te hubiesen dicho que estaba mal"
El plan original era cagarla. Pero a diferencia de ellos, queríamos (queremos, si acaso no nos tragan los vaivenes de las turbas) infectar a las semillas con propósitos claros: ser un cabrón no sirve para nada. Las mujeres también lo valían, para mucho más de lo que admitían. Los anti-naturales también soñábamos, aunque lo negaran entre rezos. Las cosas no eran inmutables. No lo fueron, y no lo serán tampoco. El antiguo cabrón que pretendía volver su vida en la administración de un fundo, entendiendo la de los demás como allegados, esta en vías de extinción, sino enterrado.
"incomódalos. reparte la infección entre todos los que debiesen oír. proponte metas mensuales o algo así. número de idiotas trastornados. diez puntos por cada uno, canjeables por cerveza. no soportes que las bestias respiren demasiado cerca tuyo ni que te convenzan de sus alegatos cuando eleven las voces para escucharse solo a ellos mismos. en cierta manera, son víctimas de restringidos e inalterables principios que conciben la diferencia como una patología, una equivocación corregible. la normalidad es una mierda variable. basta con incomodar suficiente. los campos de batalla los configuran a su vez los victimarios. el elemento sorpresa siempre es una ventaja. y créeme, que son bastante impresionables"
Nuevos cabrones caminan sobre la tierra.